EL TALENTO NO SE RETIENE. EL TALENTO SE DISFRUTA

Publicado por Francisco FY en

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Os sorprendería la cantidad de veces que he leído que hay que retener el talento en las organizaciones. Es un gran debate el poder saber qué ofrecer a los trabajadores que destacan para que no abandonen aquellas empresas en las que trabajan. Sin embargo, el talento no entiende de barreras y el concepto de retención alude más a una cárcel que a un propio impulso del mismo. En este pequeño artículo me gustaría compartir contigo mi visión sobre este aspecto.

¿QUIÉN TIENE TALENTO EN LA ORGANIZACIÓN?

La respuesta a esta pregunta siempre estará ligada a una gran problemática. Aunque no lo admitamos, etiquetamos a las personas con las que nos rodeamos. Identificamos los roles y habilidades de nuestros círculos. Hay compañeros que trabajan más y menos, que se relacionan mejor o peor con los demás o que nos hacen sentir bien o mal. Así con infinidad de características, pero conforme más conocemos a los demás sabemos a quién podemos, o no, hacerle un determinada petición.

Pero, qué difícil es detectar el talento en el mundo laboral, es decir, aquél trabajador que sobresale en una o varias áreas. Porque siempre parece asociarse al que destaca, al que innova y al que se diferencia. Pero qué equivocados estamos en no verlo en aquellas personas que cumplen con su rutina, y que aunque no aporten cosas nuevas, sacan religiosamente su trabajo adelante y están disponible para solucionar los problemas de la organización. Me he hartado de leer que las organizaciones necesitan soldados, personas que cumplan y que hagan sus tareas sin rechistar. Pero ahí también existe el talento. El gran error de las empresas está en no saber que todos sus trabajadores tienen talento. La dificultad es detectarlo, potenciarlo y sobre todo, darse cuenta de si es necesario o no en la organización.

APRENDIENDO A DISFRUTAR DEL TALENTO

El miedo es una de las emociones que reina en todos los niveles de la empresa. Respecto al talento, uno de los principales temores es que los trabajadores se marchen a la competencia o que dejen al equipo en bragas. Y esa sensación genera desconfianza, malentendidos y en definitiva la obligación de generar cierta pertenencia al trabajador. Sin embargo, lo que se olvida, pese a estar en esta época, es que las personas son las que deciden trabajar y también finalizar sus experiencias laborales. Una empresa no es una cárcel en la que cumplir condena. Por tanto, hay que asumir que cualquier persona puede abandonar en cualquier momento la organización.

El talento se disfruta y se debe aprender de él. Imagina que conoces a tu pareja ideal y no dejas de preocuparte por si se irá. Realmente no estás disfrutando ni aprovechando todos los momentos a su lado. Vives más en una situación negativa que en la realidad. Y claro que esa situación de ruptura puede darse. Pero será aún más dolorosa si no pudiste disfrutar al máximo de esta experiencia por tus temores.

En el entorno laboral puede pasar lo mismo. Por ello, es importante aprender en qué se caracteriza ese talento y potenciarlo al máximo. Tal vez la clave sea aprovechar todo lo que se puede ganar en el día a día. Intentar que el talento deje huella en la organización para que sea adquirido por otros trabajadores. Hay que darle alas al talento en vez de grilletes. Porque puede que de esa forma, elija estar durante mucho más tiempo en nuestra empresa. Y sobre todo escuchar lo que necesita. Puede ser dinero, proyectos, tiempo…; pero más importante aún, no engañarse si la empresa no puede darle lo que busca. Por tanto, no retengáis ese talento y disfrutad de él.


Francisco FY

Experiencia en selección desde 2012. He trabajado en los distintos tipos de empleador: ETT, Consultora, HeadHunter y Cliente final. Toda esta experiencia me permite entender a la perfección el proceso de selección y sus dificultades. Además, soy Coach y lo compatibilizo con mi experiencia en el mundo de los RRHH. Si quiere contactar conmigo escríbeme a mtelaboral@gmail.com

1 comentario

María Juanes · 7 noviembre, 2016 a las 10:28 pm

¡Una entrada muy interesante!! Gracias por compartirla,un saludo María Juanes

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