EMIGRAR COMO INVERSIÓN EN CAPITAL HUMANO
Como ya sabemos, las migraciones son un fenómeno social que se han venido dando desde siempre, desde el principio de los tiempos. Muchas son las razones que están tras este fenómeno, pero a día de hoy, uno de los mayores denominadores comunes son los factores económicos.
Y es que aunque haya razones políticas, religiosas, culturales, etc., una de las causas que está anexa a éstas es la causa económica. Así, por ejemplo, existieron movimientos migratorios masivos tras la Primera y Segunda Revolución Industrial que desencadenaron, principalmente, en la Primera y Segunda Globalización, donde por lo general hubo movimientos migratorios de determinados núcleos poblacionales (pueblos) y/o países no industrializados hacia zonas (ciudades) o países sí industrializados. Pero bueno, lejos de detenernos en el fenómeno social e histórico en sí, quería mostraros la perspectiva económica de las migraciones.
¿Cómo sabemos si esa migración nos favorece o desfavorece? Es cuestión de apostar, dirán algunos (y a veces la incertidumbre propiciará en mayor o menor medida a hacerlo o no). Pero, como dijo un catedrático de mi universidad, los economistas tienen fórmulas para todo, y la verdad es que razón no le faltaba. Los beneficios o pérdidas de los movimientos migratorios pueden medirse por una fórmula llamada “Valor Presente Neto”. Si el VPN es mayor que 0, la emigración será beneficiosa.
Cada variable, representa un factor que incide en la razón o no de emigrar. Esas variables son:
Como vemos, siempre hay alguna forma de cuantificar las cosas, pero no siempre es fácil acceder a toda la información. De hecho, los propios economistas son conscientes de la difícil cuantificación del VPN. Pero hay algo que sí tienen seguro los economistas y es que:
1. EDAD: Las personas mayores son las que menos probabilidades tienen de emigrar. Esto es porque tendrán menor plazo de tiempo para recuperar la inversión que si fuese una persona joven. Además, el coste psicológico por lo general es mayor.
2. FAMILIA: Los costos de la migración (económicos y psicológicos) aumentan con el tamaño de la familia.
3. EDUCACIÓN: A mayor nivel de educación, contrariamente de lo que se suele pensar, mayor facilidad para emigrar y, con un nivel de estudios universitarios, la tendencia apunta a que los costes psíquicos son menores. Es lo que ocurre por ejemplo con la gente que va de ciudades pequeñas o pueblos a las grandes ciudades, en búsqueda de un empleo con mejores condiciones. En este sentido, el hecho de conocer idiomas incrementa la probabilidad de emigrar.
4. DISTANCIA: A mayor distancia, menor probabilidad de moverse (se asocian mayores gastos de desplazamiento y mayor impacto psicológico).
5. DESEMPLEO: Las familias cuyo cabeza de familia está en desempleo, son más propensas a emigrar, de igual forma que la tasa de desempleo en origen, si es elevada, facilitará la movilidad hacia otros cuyas tasas de desempleo sean menor.
Hasta aquí los determinantes del por qué o por qué no emigrar. Pero tenemos que tener en cuenta que las consecuencias de una emigración son o pueden ser:
1. INFORMACIÓN: La incertidumbre, en términos de emigración, existe siempre y la información, no siempre es perfecta. Por lo que el plan que tracemos no siempre está teniendo todos los factores en cuenta a la hora de emigrar.
2. EXPECTATIVAS: Siempre se hace una aproximación esperada, pero no siempre se cumplen nuestras expectativas o estimaciones.
3. GANANCIAS: Que ello implique ganar más dinero a largo plazo, no quiere decir que los beneficios a corto sean altos ni mejores. De hecho, los trabajadores nacionales ganarán por lo general más que el inmigrante, ya que tendrán ciertas características o habilidades mejores frente al recién llegado (por ejemplo, habilidades como el idioma).
Visto esto, cabe preguntar, ¿es la migración una buena inversión en el capital humano? ya sabemos que sí, pero solo cuando nuestra VPN sea positiva y siempre y cuando tengamos claro que los beneficios serán más grandes que los perjuicios que ello pueda crear.
Espero que os haya gustado este post de hoy repleto de aires de economía 🙂 Recomienda si te ha gustado. ¡Gracias!
Nota: Información obtenida de C. R. McConnell C., S. L. Brue y D. A. Macpherson, Economía laboral,(McGraw-Hill, . 2007. 7ª edición de Contemporary labor economics, McGraw-Hill) y del profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Alfonso Alba Ramirez.
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