MUY POCOS LO HACEN: AGRADECER DESDE EL CORAZÓN
Aunque pueda parecer triste, desde que empiezas a trabajar compartirás muchas más horas con tus compañeros de empresa que con gente a la que quieres y que ocupa un lugar muy importante en tu vida. En el contexto en el que vivimos, las emociones se resienten dando paso a una imagen autómata de nosotros mismos. Y algo que creo que es fundamental, y más en el contexto laboral, es agradecer desde el corazón.
LA PÉRDIDA DEL VALOR DE AGRADECER
Gracias es una de las palabras más potentes que existen. Sin embargo, se utiliza tantas veces por educación que al final su valor pasa totalmente por alto. Incluso en algunos momentos no es bien valorada por la persona que la recibe. Se escribe en casi todos los mails y en casi todas las peticiones formales. Si te identificaste con algunos de los ejemplos que puse anteriormente, entonces te animo a darle el valor que se merece. Además, si gestionas equipos y no les agradeces su trabajo, estás cometiendo un gran error.
¿CÓMO SE AGRADECE DESDE EL CORAZÓN?
El motivo que lleva a muchas personas a no agradecer, y sobre todo en niveles jerárquicos superiores al tuyo, es la creencia de que van a perder prestigio o poder al hacerlo. Parece que hay que mostrar esa seriedad, o ese “saber estar” en ciertos cargos. Pero desde mi punto de vista, el principal motivo por el que no se agradece es por no mostrar vulnerabilidad.
Cuando alguien te habla desde sus emociones, y más desde su corazón que desde su cabeza, lo que está haciendo es mostrar realmente lo que siente por ti o por una acción que has realizado. Por tanto, está bajando sus barreras y enseñando una parte que no es muy frecuente observar, tanto en el trabajo como en nuestro día a día. Sin embargo, cuando te muestras vulnerable tus palabras se perciben con mucha más credibilidad y el poder que tienen es mucho mayor, ya que quien te escucha sabe que estás siendo sincero y alejándote de formalismos.
También es importante elegir el momento y la frecuencia en la que agradecemos. Lamentablemente muchas personas no valoran aquello que se repite. Por ejemplo, a mi me encanta la playa y siempre he envidiado vivir en una ciudad que la tenga. Cuando se lo comento a personas que tienen esa suerte, dicen que al final no lo valoran porque forma parte de su día a día, es decir, se convierte en algo rutinario. Por ello, un consejo es no desgastar el poder de agradecer utilizándolo continuamente.
Aunque vivamos en tiempos de crisis en los que es difícil trabajar, ninguna empresa tiene la obligación de tener trabajadores y de que estos desarrollen correctamente su trabajo. Además, ningún empleado tiene la obligación de hacer horas extra, trabajar en su casa, dar un plus para lograr los objetivos y una infinidad de acciones que se realizan día a día en muchas empresas y que se pasan por alto. Pero hay acciones extraordinarias que no deben pasar desapercibidas y que tienen que tener ese reconocimiento. No hay que olvidar que hablar desde el corazón motivará y emocionará mucho más que el ver unos números que representen la cantidad a ganar al final del mes. El dinero se gasta, pero las palabras y acciones con contenido emocional nunca se olvidan.
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