¿TE ATREVES A CAMBIAR?
Desde hace unos meses estoy inmerso en mis inicios dentro del mundo del Coaching. He cambiado mucho desde el primer día en el que decidí empezar esta aventura, y también me gustaría con vosotros compartir reflexiones que pueden seros muy útiles. Cada día que pasa me da la sensación de que nos adentramos en un mundo que exige lo mejor de nosotros pero sin animar a que explotemos nuestro verdadero potencial. Grandes jornada laborales, bajos salarios, problemas con la hipoteca, dificultades para encontrar trabajo y sobre todo falta de ilusión y ganas por luchar en aquello que queremos. Me da la sensación de que hay una gran espiral que nos absorbe y hace que nos conformemos con todo lo que tenemos en nuestra vida, independientemente de que sea bueno o malo, haciéndonos sentir incapaces de que podamos cambiar todo aquello que nos preocupa.
Para que las cosas cambien hay que atreverse a cambiar. Y hacerlo es muchas veces una tarea que exige tal cantidad de recursos y tiempo que finalmente consigue que volvamos a nuestra zona de confort. Este concepto que he mencionado, que últimamente está muy de moda, hace referencia a todo el conjunto de acciones en el que nos sentimos cómodos y que no nos exigen esa mejora continua. Cuando dominamos un trabajo, tenemos una rutina y todo está controlado, tenemos una cierta comodidad que nos permite sentirnos seguros. Sin embargo, puede que nos estemos perdiendo lo mejor de nosotros debido a esa monotonía. Los cambios de trabajo, de país y vivir nuevas experiencias nos llevan a la zona de aprendizaje. Un lugar en el que probablemente nos sintamos vulnerables, tengamos dudas de si lo podamos lograr, pero que nos llevará a que mejoremos en nuestro día a día para conseguir estos nuevos objetivos.
Los cambios no llegan de la noche a la mañana y precisan de un empeño y dedicación constante. No siempre hay que querer cambiar, pues dicha elección es subjetiva de cada uno y depende de cómo perciba su vida y las decisiones que decida tomar. Sin embargo, esta pequeña reflexión va orientada a todos aquellos que se lamentan de algo, y que teniendo los recursos a su alcance, no se atreven a dar el primer paso sea por desidia, falta de ganas o pereza. En un mundo tan exigente es cada vez más importante esforzarse para conseguir aquello por lo que soñamos. Al final la vida, y sin entrar en filosofía y religión, es aquello que hacemos en nuestro día a día, y habrá momentos de tristeza y de alegría, pero si no eres feliz no debes conformarte y seguir pasando las hojas de tu calendario hasta que en algún momento, por arte de magia, todo cambie. La varita la tienes tú, y te sorprenderías del gran potencial que puedes tener para poder lograr aquello que persigues. Pues o luchas por tus sueños o los demás te impondrán los suyos.
A modo de ejemplo, y os animo a que podáis contar alguna experiencia en los comentarios, yo antes era una persona muy tímida. Me costaba mucho hablar en público, temblaba y me ponía rojo con una facilidad enorme. Entre eso y que tengo pecas en mi cara, podéis imaginar que era algo parecido a un tomate moteado. Sin embargo, admiraba a las personas que lo podían hacer sin problemas y me decidí a cambiarlo. ¿Cómo lo hacía? Participando más en clase, y cuando empecé en el ámbito laboral enfrentándome a situaciones en las que hubiera sido una locura hacerlo, por ejemplo hablado en presentaciones de la compañía a grupos de más de 30 personas con más experiencia y edad que yo. Los inicios fueron duros y lo pasé muy mal, pero al ponerle esfuerzo, ganas y pasión conseguí cambiar esa faceta haciendo, que aunque siga teniendo cierta timidez, tenga muchas competencias para poder desenvolverme con soltura ante este tipo de situaciones. Si no hubiera puesto parte de mi, ni me hubiera atrevido a cambiar, ni hubiera cometido errores, probablemente todo seguiría igual. Me atreví a cambiar, y espero que tras esta lectura pienses en algo en lo que decidas atreverte y des lo antes posible el primer paso. No será un camino fácil pero la meta sin duda merecerá la pena.
0 commentarios