CÓMO LA COVID-19 CAMBIÓ NUESTRA FORMA DE ENTENDER EL TRABAJO (Y LA VIDA)
“I’m Back” Estas fueron las declaraciones de Michael Jordan para anunciar su regreso a las pistas. Pues hoy, día 02/08/2022 puedo anunciarte lo mismo respecto a mi blog. Recientemente he tenido un cambio de trabajo que me ayudará a recuperar mi faceta escribiendo artículos. Así que, no dudes en suscribirte porque vendrá contenido de mucha calidad y en mayor cantidad.
Ahora vamos al lío. Este artículo es de opinión y podrás estar más o menos de acuerdo con lo que he escrito en el mismo. Sin embargo, quiero trasladarte cómo veo que ha cambiado el mundo laboral tras la pandemia.
ACELERACIÓN EN VEZ DE DECELERACIÓN
Ni te imaginas cuántas veces maldije a las personas que dijeron que la pandemia era una bendición y que nos daba la capacidad de parar. Como si de un año sabáticos se tratase, daba la sensación que era el mejor acontecimiento de los últimos años.
En lo laboral, 2020 fue un año terrible en pérdidas y los ejercicios de comparación se hacían con otros años anteriores, por lo que los números dolían más. Sin embargo, las empresas no cambiaron de paradigma sino que decidieron, en muchos casos, incrementar la carga de trabajo en 2021 para recuperar el fatídico ejercicio anterior. Y, para seguir con la tónica, en 2022 se tendría que ir generando lo no conseguido en el pasado.
A esto hay que sumarle el formato de “teletrabajo”. Un sistema que tiene muchos beneficios pero también la desventaja de que desde casa se trabaja más y que insertamos el mundo laboral en nuestros refugios personales.
El ritmo, lejos de caer, se ha incrementado en muchos sectores mientras que nuestro hartazgo aumenta. Fenómenos como la gran renuncia en EEUU muestran esta sensación.
¿DE QUÉ VALE VIVIR PARA TRABAJAR?
Antes de la pandemia podía echar muchas horas extra a la semana y luego desconectar con más facilidad. Además, tenías la creencia de que era bueno sacrificar una parte de tus años laborales con mucha más carga de trabajo para posteriormente comprarte una casa, un máster o disfrutar de la vejez. En España se normalizaba el echar bastante tiempo de más, llevándose a ver fatal a los/as compañeros/as que terminaban sus tareas de forma puntual (vamos, que cumplían el horario que marcaba el contrato).
Llegó la pandemia y nos dimos cuenta de que la idea de futuro se había terminado. ¿De qué vale estar invirtiendo todos los días una media de 10-12 horas y dejar atrás muchas cosas?; ¿Hasta qué punto merece la pena renunciar a darnos un paseo, quedar con un familiar o hacer un hobby por estar en la oficina?; estoy seguro de que en tu entorno conoces a varias personas que han abierto (gracias a dios) los ojos respecto a la explotación en la que vivían.
El mundo está en una época muy convulsa actualmente. Entre la crisis energética, cambio climático y la guerra de Ucrania, todo parece que va a saltar por los aires. Es lógico que por fin estemos dando preferencia a lo que realmente importa en la vida (y aunque el trabajo tenga su peso, hay otros elementos mucho más importantes). ¿De qué vale esta 14 horas trabajando si no sé cuándo va a llegar el apocalipsis?
¡BYE, BYE, MODELO DEL ESFUERZO!
Todo lo que he conseguido me ha costado sudor y lágrimas. Entiendo que para lograr tus sueños tienes que esforzarte. Sin embargo, con cada vez más frecuencia (y sobre todo las generaciones jóvenes) se busca la inmediatez y el conseguir el mayor de los éxitos sin dar un palo al agua.
Aquí las redes sociales hacen un daño atroz. Pues ves gente de 15 a 19 años que ya ha generado más dinero que muchísimos otros/as trabajadores/as que aportaban un valor mucho mayor a la sociedad más allá del entretenimiento. Que sí, que yo soy el primero que soy un friki (que era como se nos llamaba en mi época en vez de gamer) de los videojuegos y he estado miles de horas. Pero que una persona por grabarse jugar a un juego gane decenas de miles de euros más que un médico tiene tela.
Las redes sociales son y serán el futuro (yo también estoy presente en ellas) pero distorsionan completamente la idea del éxito, y por tanto, del trabajo. Cientos de publicaciones de gente que dicen que con una hora al día ganan miles de euros. Cursos para que hagas trading o que te conviertas en experto/a de criptomonedas. Gente guapa y exitosa, y luego estás tú, con tus 20.000€ y casi dando las gracias del trabajo que tienes. Recuerda esto, el mundo es lo que ves en la calle y no a través de la pantalla de tu teléfono móvil.
SALUD MENTAL BAJO MÍNIMOS (O EN NEGATIVO)
Aquí te escribe uno que ha petado con la pandemia (y otro conjunto de cosas) y que acabó con ansiedad y depresión (puedes ver en mi canal de Youtube Mejora Tu Éxito Laboral una serie de vídeos que estoy haciendo sobre esta etapa). No hemos salido reforzados por la pandemia sino que seguimos arrastrando problemas (y los que vendrán) e inseguridades. Además, el mundo laboral no se está adaptando a la importancia de cuidar la salud mental de los trabajadores/as de las organizaciones. Lo que hace que no solo la gente está cansada y quemada, sino mal desde el punto de vista psicológico. La postura de muchas empresas es que quien aguante el ritmo bien y quien no lo haga a la hoguera (o dicho de una forma menos violenta, despedido/a o que presente su baja voluntaria).
El panorama es un poco aterrador, pero también te da pistas de herramientas y elementos que puedes ir desarrollando para destacar por encima de otros perfiles en las futuras crisis (y debo decirte que una se está fraguando y de la que ya estamos viendo las primeras consecuencias).
Siento que mi vuelta haya sido así de positiva. Pero, si algo me caracteriza, es transmitir la realidad que veo y vivo. Este no es un blog para que salgas empoderado y en una nube (que déjame advertirte que pronto se evaporará). De aquí saldrás con algún rasguño pero también con una buena armadura, espada y escudo. Porque la vida merece la pena, muchísimo más de lo que piensas, pero hoy en día, para poder disfrutarla, nos toca luchar como a los mismísimos Vengadores para poder ser felices.
No dudes en dejar tu comentario y en suscribirte al blog. ¡Sayonara Baby!
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