PREPARACIÓN


EN TODO ÉXITO SIEMPRE HAY MUCHA PREPARACIÓN

Hace unos años tuve la suerte de ver levantar a Iker Casillas la segunda Eurocopa  de fútbol que España había ganado en toda su historia. Dos años más tarde fue el primer Mundial, y tras otros dos llegó la tercera Eurocopa. Muchos factores pueden influir en este éxito: una buena generación de futbolistas, el sistema de juego, el resto de contrincantes, la motivación… Sin embargo, hay uno muy importante y que no debe pasar inadvertido: la preparación. Durante, antes y después de un torneo un deportista pasa la mayor parte del tiempo entrenando, es decir, realizando una serie de acciones para que cuando llegue el momento de la verdad pueda rendir al mayor nivel posible.
 
Con las entrevistas de trabajo ocurre lo mismo. No basta con presentarse en un lugar y ver cómo va sucediendo. Está claro que una buena capacidad de improvisación puede ser una buena carta  a jugar en ocasiones en las que tengamos el guión poco preparado. Pero para lograr el verdadero éxito, hay que saber cómo preparar bien una entrevista de trabajo. Y tras leer este capítulo, estoy seguro de que tu éxito aumentará en las siguientes entrevistas a las que tengas que enfrentarte.
TU PRINCIPAL ALIADO Y ENEMIGO: TÚ
Una entrevista de trabajo presencial es una de las partes más importantes del proceso de selección.  En ella te conocerán en persona, y por tanto, la visión del entrevistador sobre cómo será tu forma de trabajar y si podrás encajar en el puesto, tendrá mucho más valor que tras la entrevista telefónica.
Si observaste bien, utilicé la expresión «visión del entrevistador«, es decir, en ningún momento la persona que toma la decisión de seleccionarte podrá decir que objetivamente eres un buen o mal trabajador. En una entrevista de trabajo se intenta obtener la mayor información posible que permita predecir cómo trabajará la persona en un puesto de trabajo determinado. Por ello, nadie es ni buen ni mal trabajador, todo depende de la situación en la que se encuentre trabajando.
Ejemplo práctico: Pablo era el mejor repartidor de la oficina de correos. Siempre era puntual en sus envíos y en dos años de trabajo no tuvo apenas problemas. Era un ejemplo para todos a nivel personal y profesional y por ello fue elegido muchas veces empleado del mes. Manuel, su jefe, decidió reconocer su esfuerzo dándole un ascenso. Ahora tendría que encargarse de coordinar a todos los repartidores sentado en su nuevo despacho. Tras un tiempo la oficina se convirtió en un caos porque Pablo no supo gestionar bien sus nuevas funciones. Los compañeros que antes lo halagaban ahora se quejaban y su jefe se sentía bastante confuso tras lo ocurrido.
Es cierto que muchos elementos son controlados por el entrevistador y la empresa durante todo el proceso de selección. Información desconocida sobre el proceso, los candidatos rivales, las características reales que buscan… un elenco de variables que escaparán de tu alcance. Sin embargo, el actor principal de la película eres tú. Y por ello debes saber cómo eres con profundidad. Si te conoces bien a nivel personal y laboral conseguirás encontrar con mayor rapidez la respuesta a las preguntas planteadas por el entrevistador. Hacerlo puede ser una tarea fácil o difícil según para quién. Pero si somos un extraño para nosotros mismos entonces difícilmente podremos explotar todo nuestro partido en cualquier proceso de selección.
 
LOS INGREDIENTES  PARA PREPARAR UNA BUENA ENTREVISTA PRESENCIAL
 
1 – LA INFORMACIÓN DE LA OFERTA DE EMPLEO
De toda oferta de empleo hay que conocer bien dos elementos: los requisitos y la empresa.
Los requisitos, tanto los que viéramos en la oferta como los que nos comentaran en la entrevista telefónica, serán en un primer momento los elementos a los que debamos prestar mayor atención. De cada requisito sería conveniente analizar toda la información que conozcamos: nivel de conocimiento, su utilización en experiencias laborales y nuestros puntos fuertes y débiles con el mismo. Es imprescindible refrescar  y actualizar nuestros conocimientos en caso de que lleváramos un tiempo sin hacerlo. Si tienes poca experiencia laboral no viene mal que te pongas en contacto con gente que se dedica a nivel profesional al puesto de trabajo que vas a aspirar. Por ejemplo, en una entrevista para un puesto de becario de selección puede ser interesante contar las teorías que aprendiste en la carrera sobre RRHH. Sin embargo, será mucho mejor dar una visión más práctica y menos teórica sobre cómo se debe trabajar.
 
Es muy importante conocer la empresa que te quiere contratar. Leer la web, informarse en foros o conocer su historia son elementos que no debes pasar por alto. Además, si estudias todas las ofertas de empleo que tienen, podrás no sólo comentárselo durante la entrevista sino que también será un buen momento para demostrar tu valía para aquella oferta en la que creas que puedas encajar. Ello puede llevarte a participar en más de un proceso de selección, lo que se traduce en tengas más probabilidades de que te contraten.
Además, si tienes el contacto de la persona que va a entrevistarte, puedes visitar su Linkedin para conocer más datos de la historia curricular de esa persona, o incluso ver si tienes algún contacto compartido. Sin embargo, no se recomienda agregar a Linkedin al técnico de selección sin haberle conocido antes en la entrevista presencial.
2 – UNA ESPADA DE DOBLE FILO: TU CV
Tu currículum será el espejo donde te reflejarás durante toda la entrevista. El entrevistador tiene derecho a preguntarte cualquier información que pueda estar reflejada de manera total o parcial en él. Tus estudios, experiencias de empleo, funciones, fechas de incorporación o salida… Conocer bien esas cuestiones te hará dar una imagen de mayor credibilidad ante el entrevistador. Por ello, es bueno saber qué hiciste y durante cuánto tiempo en cada una de tus experiencias laborales. Es importante señalar también los motivos de un cambio de empleo, en el caso de que pasaras de una experiencia laboral a otra.
Un buen método es hacer un CV extenso personal con el fin de recordar bien todas tus experiencias laborales y formativas y que lo puedas estudiar para tener siempre la información accesible.
Obviamente si uno de los requisitos es hablar de manera fluida un idioma,  el entrevistador podrá realizar cualquier pregunta en dicho idioma. Y muchas de las preguntas se contestarán con la información que aparece en tu CV. Actualiza las palabras técnicas y prepara tus respuestas tanto en español como en el otro idioma.
 
Si hay elementos negativos conviene que digas la verdad. Si hay algún elemento muy negativo, y que pueda hacer que pierdas muchos puntos es mejor no sacarlo a la luz a menos que no tengas otro remedio. Obviamente siempre pueden pedir referencias de tu manera de trabajar a alguna empresa en la que estuvieras anteriormente. No debes olvidar que es mejor no entrar a trabajar  en un sitio en el que sabes que no lo vas a hacer bien que hacerlo y que te pongan la cara colorada en la primera semana. Pero lo que importa no es lo que digas sino cómo lo digas. Para ello te enseñaré a utilizar el efecto del contraste: tras una experiencia negativa señalar algo positivo que pueda combatirlo.
 
Efecto del contraste
Algo muy corriente y de lo que la gente tiene mucha manía es la típica pregunta de las virtudes y defectos. Vendernos bien no es tan complejo como señalar algo negativo. Sin embargo, lo importante es cómo conviertas la información negativa en positiva.
Entrevistador: ¿Podrías decirme un defecto?
Candidato: Soy una persona cabezona, me cuesta escuchar las ideas de los demás.
Entrevistador: ¿Podrías decirme un defecto?
Candidato: Pues… (sonríe) es cierto que a veces me dicen que soy un poco cabezota. Sin embargo, creo que es porque confío mucho en mi criterio ya que normalmente mis ideas han tenido éxito. De todas formas eso no quiere decir que nunca cambie de opinión. Vamos, ten por seguro que aunque en un primer momento algo me pueda chocar en cuanto lo pienso detenidamente y veo mi error, o la mejor opción propuesta, doy la razón totalmente a la persona y cambio mi forma de pensar. Es importante creer en las ideas que uno tiene pero más aún saber cuándo es el momento de cambiarlas.
La impresión que sacará el entrevistador de la persona será mucho más positiva en el segundo ejemplo. Incluso, además de indicar que el candidato tiene una buena habilidad para venderse a sí mismo, puede servir para indicar cómo podrá enfrentarse a los errores el día de mañana, pues todos fallamos pero las personas que encuentran y expresan la solución son mejor valoradas.
3 – EL TIPO DE ENTREVISTA 
 
Es cierto que cada proceso de selección es un mundo. Uno puede resolverse en apenas una semana con solo una entrevista. Otros pueden durar meses. Incluso en algunos deberás pasar por más de tres entrevistas. Sin embargo, lo normal es que las entrevistas sean de dos tipos: personales o técnicas. (En toda entrevista se presta atención a lo personal y a lo técnico, pero lo que cambia es el peso que el entrevistador de a cada aspecto, ej.: si eres informático no es lo mismo que te entreviste tu futuro jefe de proyecto, con más de 10 años de experiencia trabajando en la tecnología demandada, que un recién licenciado en psicología)
Es cierto que en un primer contacto ya estás pasando un filtro personal y técnico, pero normalmente primero tendrás una entrevista de corte más personal. En ella tendrán más peso tus actitudes que tus aptitudes. Uno de los elementos en dónde puedes comprobar de qué tipo de entrevista se trata es escuchando al propio entrevistador. Obviamente puede que sepa tanto cómo tú, pero será difícil que una persona que estudió una carrera muy distinta a la tuya tenga una visión laboral y un nivel de conocimientos similar al tuyo. En las preguntas que le plantees podrás encontrar tus respuestas. De todas formas, en el capítulo siguiente veremos cómo vencer el conflicto que supone que te entreviste una persona técnicamente muy inferior que tú, aunque ya te adelanto la respuesta: la persona es experta en valorar no tu conocimiento técnico sino tus competencias personales.
 
Si sabes con seguridad que vas ir a una entrevista técnica ten en cuenta que te entrevistará un experto, por lo que debes estudiar y poner mucho más énfasis en conocer las respuestas a todos los elementos que te puedan preguntar.
4 – EL MAPA DEL TESORO
No es ninguna tontería ir un día antes de la entrevista al lugar en el que tienes que hacerla para calcular el tiempo que tardarás en llegar. Es importante llegar con comodidad y sabiendo que vas a ser puntual. Sé de muchos buenos candidatos a los que sus nervios por no saber si llegarían o no puntuales les jugaron una muy mala pasada. Es normal que antes de una entrevista estés un poco nervioso, pero tienes que intentar relajar tus nervios y no añadir más elementos que puedan hacer que te estreses.
Como mucho deberás estar diez minutos antes. Cinco tal vez sea lo ideal. Pero si llegas treinta o veinte minutos antes podrá ser más negativo que positivo. Primero porque tendrás que esperar mucho más tiempo. Y segundo, porque la persona encargada de entrevistarte puede estar realizando otras funciones y alterarlas debido a tu adelanto.
Y de momento estos serían los aspectos más importantes de todo lo que debes preparar antes de enfrentarte a la entrevista presencial. Serán tus cartas que deberás jugar en la partida contra el entrevistador. ¿Cómo usarlas? Lo veremos en el siguiente capítulo.

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